
Enviado por el presidente mexicano Lázaro Cárdenas, Gilberto Bosques Saldívar (1892-1995) llegó a la ciudad de Marsella, Francia, en donde se desempeñó como Cónsul General. En carácter de tal, Bosques instruyó al personal del consulado para ayudar a cualquier persona que solicitaba escapar a México.
Capturado por los nazis junto a decenas de diplomáticos de otros países, permaneció un año en cautiverio en la localidad alemana de Bad Godesberg, cercana a Bonn. Luego de un acuerdo entre Alemania y México, Bosques fue liberado y retornó a su país natal.
Bosques pertenece a la categoria de diplomáticos que cumplieron con su mandato de auxiliar al semejante en apuros cada vez que sea necesario, como Raoul Wallenberg, Sempo Sugihara, Aristides de Sousa Mendes o Hiram Bingham IV, entre tantos otros funcionarios ejemplares.
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