mardi 18 décembre 2007

LA POLÍTICA CARDENISTA


El Plan Sexenal, antes como instrumentos de gobierno, de cuya eficacia muy pronto comenzó a dudarse, aparecía como la reivindicación triunfante de los principios reformistas de la Revolución Mexicana, letra muerta, hasta entonces, en la Constitución de 17 (Córdoba (1993) p. 45) El Plan sexenal, en el fondo, no era un programa de gobierno, pese que asi se le presentara siempre, era esencialmente un programa ideológico, y sobre todo, era un programa reivindicativo. Lo primero que se proponía, a través del Plan, era rescatar el derecho del Estado de la Revolución a regimentar la vida social, restaurando su capacidad jurídica y política para intervenir e las relaciones sociales de producción.

Para dar a conocer y popularizar los postulados de dicho Plan, se hizo en una gira por el país sin precedentes y la decisión firme para cuando llegara a la presidencia. La pasión propagandística de la campaña electoral hacia que intervenía en la resolución de problemas entre trabajadores.

Además de la repartición de tierras y el financiamiento monetario, la reforma agraria del Cardenismo incluía el establecimiento de un sistema educativo que permitiera la formación de profesionistas técnicos que ayudaran al desarrollo de los ejidos. Por ello, asociados a los núcleos ejidales, se crearon escuelas donde los niños y jóvenes debían adquirir conocimientos sobre agricultura, ganadería y aquellas otras actividades específicas que permitiera el medio ecológico. En ese sentido, la reforma agraria llevada a cabo durante el sexenio de 1934-1940 se diferenciaba de la implementada por los gobiernos anteriores, para quienes todo se limitó a la dotación de tierra a individuos dedicados a la agricultura a pequeña escala. Lo que la Secretaría de Agricultura se planteaba en la segunda mitad de la década de 1930 fue la creación de centros agrícolas competitivos. La reforma agraria significaba, al mismo tiempo, la aniquilación de de la fuente de atraso y el comienzo de una era de aprovechamiento real de la tierra (Córdoba (1993) p. 99).

La concepción de Cárdenas no es socialista sino nacionalista. Este nacionalismo es la preocupación por todo lo nacional, de donde surge la idea de nación soberana y es en la que preside toda la ideología y la actuación cardenista. Fue en su gobierno, que la política mexicana comenzó a adquirir tintes internacionales al tomar una postura de “brazos abiertos” al facilitar la inmigración de los exiliados republicanos españoles, no sólo actuó adecuadamente, sino que estableció un precedente para instaurar la unidad hispánica.



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Anonyme a dit…

BIBLIOGRAFÍA:
Córdoba, Arnaldo. La política de masas del cardenismo. México: ERA, 1993.